Las erupciones volcánicas no obedecen a ninguna ley de periodicidad, y no ha sido posible descubrir un método para pronosticarlas, aunque a veces vienen precedidas por sacudidas sísmicas y por la emisión de fumarolas (mezcla de gases y vapores que surgen por las grietas exteriores de un volcán). Las erupciones son causa del aumento de la temperatura en el magma que se encuentra en el interior del manto. Esto ocasiona una erupción volcánica en la que se expulsa la lava hirviendo que se encontraba en el magma.
Las erupciones volcánicas están relacionadas almovimiento de las placas tectónicas, estas placas se encuentran bajo la litosfera y se mueven constantemente chocando entre sí, fundiéndose para formar el magma. Estos cambios en las placas tectónicas producen grandes movimientos de magma y generan presión. Cuando el magma asciende a la superficie, arrastra las rocas que encuentra a su paso y las funde, sumado a los gases que crean una gran presión se puede producir una erupción muy violenta, provocando una explosión que arroja cenizas y lava solidificada hasta grandes distancias alrededor del volcán.
Cuando las erupciones de un volcán llegan acompañadas de gases calientes y cenizas se produce lo que se conoce como flujo piroclástico o «nube ardiente». También conocida como avalancha incandescente, el flujo piroclástico se desplaza pendiente abajo a velocidades cercanas a los 200 km/h. La sección basal de estas nubes contienen gases calientes y partículas que flotan en ellos. De esta forma, las nubes transportan fragmentos de rocas que –gracias al rebote de los gases calientes en expansión– se depositan a lo largo de más de 100 km desde su punto de origen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario